En los últimos años, el mercado ha experimentado un proceso de reestructuración y progresiva concentración del sector bancario, derivado de la necesidad de las entidades bancarias de mejorar su eficiencia y reducir sus costes operativos en un entorno económico y financiero nuevo, en el que la prolongada reducción del margen de intermediación, asociado a los bajos tipos de interés se ha convertido en una realidad.
Esta tendencia se ha acentuado como consecuencia de la pandemia mundial causada por la COVID-19 y las consecuencias económicas que se derivan de dicha crisis sanitaria, que ha causado una fuerte contracción del PIB mundial (en particular, del español), así como un considerable incremento de la tasa de paro.
Aunque el origen de esta nueva
crisis económica no tiene relación alguna con el sector financiero (y, de
hecho, ha servido para reafirmar la función fundamental de las entidades
bancarias como soporte de las familias y de las empresas, que en muchos casos
han visto recortadas de forma drástica sus fuentes de ingresos), se prevé que esta
crisis tendrá como consecuencia que los tipos de interés
permanezcan en niveles muy bajos o, incluso, negativos durante un periodo más
prolongado de lo esperado.
Esta circunstancia puede suponer un aumento de la morosidad, originando más presión sobre la rentabilidad de las entidades y, por tanto, sobre la tendencia a la concentración del sector bancario europeo, puesto que el contexto descrito genera la necesidad de buscar una mayor escala en el sector bancario.
En estos momento, Unicaja Banco y Liberbank se han consolidado, respectivamente, como la 8ª y 12ª
entidad de crédito del sector bancario en España por nivel de activos (7ª y 11ª
respectivamente, si se tiene en cuenta la integración de CaixaBank y Bankia),
tras haberse convertido en bancos cotizados, actualizando y mejorando su
gobierno corporativo, y se han adaptado al nuevo marco regulatorio derivado de
Basilea III.
Pero a pesar de esto, el contexto
descrito de crisis sanitaria y económica, unida a otros retos estructurales a
los que las entidades de crédito españolas y europeas estaban ya expuestas, (bajos
tipos de interés o la transformación digital del sector), hacen de la fusión entre Unicaja Banco y Liberbank una oportunidad estratégica para la consolidación del
posicionamiento de ambas entidades.
Asimismo, dicha oportunidad surge en
un momento en que existe una clara preferencia e impulso por parte del
Mecanismo Único de Supervisión de operaciones de concentración como la que se
plantea, de abordar en mejores condiciones los retos del sector, alcanzando un
número de clientes mayor con una estructura de costes optimizada, abordando las
inversiones de la transformación digital de forma conjunta.
Además. tras la fusión, la entidad combinada se convertirá en la 5ª entidad de crédito del mercado español en
términos de activos, la 5ª en términos de depósitos, y la 6ª en
términos de crédito bruto a la clientela.
Así pues, desde un punto de vista
comercial, la integración de Unicaja Banco y Liberbank permitirá a la entidad
combinada ampliar su presencia al 80% del territorio español, con un reducido solapamiento en las áreas geográficas
en las que están presentes en la actualidad y donde ambas entidades tienen un
gran arraigo histórico. Además, esta complementariedad de la red de oficinas y
zona de actuación de ambas entidades permitirá a la entidad combinada, tener
cuotas de mercado líderes en, al menos, cuatro comunidades autónomas.
Es un hecho que la fusión entre
ambas entidades presenta un encaje estratégico muy fuerte, teniendo en cuenta
el liderazgo regional de Unicaja Banco y Liberbank en sus respectivas áreas de
origen, el fuerte reconocimiento de marca de ambas entidades, su estructura de
liquidez muy sólida y holgada y, sobre todo, su fuerte posición de solvencia.
A todo lo expuesto habría que añadir
que el tipo de negocio de banca minorista en el que ambas entidades centran su
actividad, con alta concentración en el sector hipotecario minorista y un
importante negocio de pequeñas y medianas empresas, hace que el encaje cultural
de ambas entidades facilite la integración.
Estas circunstancias han contribuido a que el Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital haya autorizado la fusión entre Unicaja y Liberbank, pues este era uno de los trámites pendientes en el proceso que los accionistas de ambas entidades ya aprobaron hace unos meses.
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